La palabra alada

Me gustó desde un comienzo la palabra Winnipeg. Las palabras tienen alas o no las tienen. La palabra Winnipeg es alada.
De esta forma el poeta Pablo Neruda recordaba la gesta del Winnipeg en una entrevista realizada en 1969 para el 30° aniversario de la llegada del barco a Chile.
La palabra jugó un papel relevante desde el comienzo de la guerra civil española, para expresar convicciones políticas, como arma de resistencia contra el avance del fascismo, y en defensa de una España libre. Así, en julio de 1936 se fundaba la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura y su emblemática revista El Mono Azul. Muchos de sus participantes pertenecían a la Generación del 27 como María Teresa Léon, María Zambrano, Rafael Alberti, Miguel Hernández, José Bergantín, Antonio Machado, Arturo Souto, Vicente Salas Viu, Lorenzo Varela, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda, Concha Albornoz. Lucha antifascista que también se expresó en 1937 en el II Congreso de Escritores Antifascistas en Defensa de la Cultura, donde tuvieron activa participación Pablo Neruda, Nicolás Guillén, Cesár Vallejos, Louis Aragón, entre otros.
Concluida la Guerra Civil la palabra será la voz del exilio, manteniendo vivo los postulados de la Segunda República y la solidaridad con la España oprimida por el Franquismo.
De este ambiente de solidaridad con España, y con el rol fundamental de Pablo Neruda, Delia del Carril, Abraham Ortega, Pedro Aguirre Cerda, entre tantos otros, surgió la gesta del Winnipeg en 1939.
La exposición
La artista visual Cecilia Zabaleta, nieta de un refugiado del Winnipeg, hace confluir en la palabra alada pronunciada por Neruda, los ecos y siluetas de quienes conforman la memoria republicana. Tanto de quienes subieron al Winnipeg, como de tantos otros y otras que plasmaron en su voz: luchas, emociones, denuncias, y esperanzas. Para dotarla de un sentido colectivo conformador de una memoria común que se entrehila. Y que se presenta a modo de una única obra desplegada en fragmentos, que recoge la palabra como testigo y testimonio. Para hacerla recalar en la emblemática casa donde vivieron Delia del Carril y Pablo Neruda, y donde aún resuenan nombres y palabras hechas memoria.
Roberto Fuertes, curador.






















Los días más luminosos de la vida fueron aquellos tres años de ojos brillantes,
cuando la palabra camarada sustituyó al señor y la vida generosamente dada sustituyó a la mezquina.
(María Teresa León hace alusión a la II República en Memoria de la Melancolía, p. 44)

Cuánto ruido guarda la memoria
Acrílico sobre lienzo Tríptico 140 x 300 cm Cecilia Zabaleta, 2025
Todo sumergido en pequeños fragmentos que a veces no fraguaban bien. Voces, palabras, murmullos, acentos, música. Cuanto ruido guarda la memoria.
(María Teresa León en Memoria de la Melancolía, p.28)

De pie en el trigo
Pintura y tela sobre lienzo 100 x 80 cm
Cecilia Zabaleta, 2025
¡NO han muerto! Están en medio
de la pólvora,
de pie, como mechas ardiendo.
Sus sombras puras se han unido
en la pradera de color de cobre
como una cortina de viento blindado, como una barrera de color de furia, como el mismo invisible pecho del cielo.
Madres! Ellos están de pie en el trigo,
altos como el profundo mediodía,
dominando las grandes llanuras!
Son una campanada de voz negra
que a través de los cuerpos de acero asesinado repica la victoria.
(Extracto de Canto a las madres de los milicianos muertos, escrito por Pablo Neruda y publicado en forma anónima en la revista El Mono Azul, N°5, el 24 de septiembre de 1936).



Cancionero de ausencias
Pintura sobre lienzo 70 x 50 cm
Cecilia Zabaleta, 2025
Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes. Tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes. Tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes. Tristes.
(Miguel Hernández en Cancionero y romancero de ausencias)

Lo que más me importa es vivir
Pintura y tela sobre lienzo 50 x 70 cm
Cecilia Zabaleta
Lo que más me importa es vivir.
(Federico García Lorca, en entrevista realizada al poeta en la revista Bulletín Hispanique en 1935).

Amparo
Pintura sobre lienzo 70 x 50 cm
Cecilia Zabaleta
Todos los suyos han dado su sangre para adquirir este derecho, el derecho de mi hijo a un porvenir mejor…
Al poco rato salió con su ropa de guerra hecha un paquete debajo del brazo derecho.
Meses después, supe en París que Amparo, la forti- ficadora de Madrid, solera de la abnegación y la gra- cia de un pueblo inmortal, formaba parte del grupo de fortificadoras ametrallado por los invasores italia- nos en la Diagonal de Barcelona.
(Relato sobre la miliciana Amparo Fernández quien partió embarazada al frente republicano. Mencionado por Luisa Carnés en De Barcelona a la Bretaña francesa, 1939. p. 59).

Soledad penetrante
Pintura y tela sobre lienzo 50 x 70 cm
Cecilia Zabaleta
Federico tuvo un preconocimiento de su muerte. (…) Con los artistas de «La Barraca» había llegado a un lejanísimo pueblo de Castilla y acamparon en los aledaños. (…) Al amanecer se levantó y salió a vagar solo por los alrededores. Hacía frío, ese frío de cuchillo que Castilla tiene reservado al viajero, al intruso.(…)
El abandono, la hora y el frío hacían la soledad más penetrante. (…)
Un cordero pequeñito llegó a ramonear las yerbas y su aparición era como un pequeño ángel de niebla que humanizaba de pronto la soledad, cayendo como un pétalo de ternura sobre la soledad del paraje. El poeta se sintió acompañado.
De pronto, una piara de cerdos entró también al recinto. Eran cuatro o cinco bestias oscuras, cerdos negros semi salvajes con hambre cerril y pezuñas de piedra.
Federico presenció entonces una escena de espanto. Los cerdos se echaron sobre el cordero y junto al horror del poeta lo despedazaron y devoraron.(…).
Yo vi después, con mayor y mayor claridad, que aquel su- ceso fue la representación anticipada de su muerte, la premonición de su increíble tragedia.
(Pablo Neruda en Confieso que he vivido. p.139-140)


Viento de enero
Acrílico y tela sobre lienzo intervenido con hilo rojo 50 x 70 cm
Cecilia Zabaleta, 2025
¿Qué quiere el viento de enero
que baja por el barranco
y violenta las ventanas
mientras te visto de abrazos?
Derribarnos. Arrastrarnos.
Derribadas, arrastradas,
las dos sangres se alejaron.
¿Qué sigue queriendo el viento
cada vez más enconado?
Separarnos.
(Miguel Hernández en Cancionero y romancero de ausencias).


Exilio
Pintura y tela sobre lienzo intervenido con hilo rojo 70 x 50 cm
Cecilia Zabaleta
El exilio ha sido como mi patria, o como una dimensión de una patria desconocida pero que una vez que se conoce, es irrenunciable.
(María Zambrano en Las palabras del regreso, 1995, p. 13-14).

Una niña
Pintura y tela sobre lienzo bordado con hilo rojo. 50 x 70 cm
Cecilia Zabaleta
“Mamá, cuando nos echaron de Madrid, nos fuimos a Valencia; cuando nos echa- ron de Valencia nos fuimos a Barcelona
y cuando nos echaron de Barcelona nos fuimos a Francia. De Francia nos echaron a Chile.
Cuando nos echen de Chile ¿adónde nos vamos a ir?”
(Relato de una niña sobre la cubierta del Winnipeg esperando el desembarco en Valparaíso, Chile, el 3 de septiembre de 1939. Narrado por el también refugiado Leopoldo Castedo, y mencionado en el libro Winnipeg. Testimonios de un exilio (2014), de Julio Gálvez Barraza).

Valparaíso 1939
Pintura sobre lienzo 140 x 100 cm
Cecilia Zabaleta, 2025
…de nuevo aquí nacieron resurrectos,
vivientes,
y era mi poesía la bandera sobre
tantas congojas
la que desde el navío los llamaba latiendo y acogiendo
los legajos
de la descubridora
desdichada,
de la madre remota
que me otorgó la sangre y la palabra.
(Pablo Neruda, en Pablo Neruda y el Winnipeg, p.53).